Las enfermedades inmunes se refieren a un mal funcionamiento del sistema inmunológico del paciente. Haciendo que nuestro sistema inmune tenga una reacción exagerada contra moléculas extrañas, como en alergias, o bien que empiece a atacar a nuestro propio cuerpo, como en las enfermedades llamadas autoinmunes.
Dependiendo del tipo de estructuras internas que se ataquen, se generan ciertos síntomas particulares lo que da origen al nombre de la enfermedad. Sin embargo el proceso es muy similar en unas y otras.
La pregunta mas importante es ¿pueden ser curables? ¡DESDE LUEGO! LA RESPUESTA ES SÍ. Empezamos a abrir esta posibilidad cuando un paciente que tenía depresión nos visitó para una psicoterapia. Buena parte de la depresión que sentía venía generada por el estado anímico que el LUPUS le ocasionaba. Usando la limpieza mental dejó la depresión de lado, pero lo mejor (que pudiera ser sorprendente) es que con la limpieza mental no se volvieron a presentar síntomas de LUPUS.
¿Te gustaría saber por qué es esto posible? Lee Causas.
Este sistema nos permite tratar:
Alergias
Lupus (eritematoso sistémico)
Esclerosis Múltiple, Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA)
Artritis (reumatoide)
Artrosis.- sobre todo en la parte de control del dolor y eventualmente con suplementos nutricionales.
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Si vemos nuestro cuerpo como una máquina, todas las máquinas tienen una computadora, un centro de mando. Mientras más automáticas sean, más importante es la computadora propia. Si no son automáticas se requiere del centro de mando que proporciona un cerebro humano. Entonces todas las máquinas tienen un “hardware” físico y un “software” que es información, lo mismo pasa con nosotros. Nuestro cuerpo y sus reacciones son el “hardware” y los programas que lo controlan es el “software”, en nosotros es la MENTE.
En nuestra mente existe una región que se encarga de regular TODOS LOS PROCESOS NO CONSCIENTES en nuestro cuerpo que van desde la presión arterial, temperatura corporal, metabolismo, etc., y desde luego el sistema inmunológico. Cuando existen errores de “programación” nuestro cuerpo comienza a manifestar esos errores como enfermedades. Entonces cuando se corrige la programación, como es lógico, la enfermedad desaparece o, sí se quitan en parte al menos disminuye.
Una reacción alérgica es una hiperreacción del organismo: una respuesta inapropiadamente exagerada a una sustancia extraña denominada alergeno (causante de alergias), el cual es relativamente inocuo, y se encuentra en el polvo doméstico, ácaros, moho (hongos), pelaje de animales (gatos y perros), polen y otros.
¿Cómo sucede la reacción alérgica?
En sujetos predispuestos (frecuentemente cuyos padres son alérgicos), al entrar en contacto en forma repetida con las sustancias alergénicas, su organismo reacciona liberando una sustancia llamada histamina y otras sustancias que son las responsables de los síntomas de la reacción alérgica.
¿Qué es la histamina?
La histamina es el mediador químico más conocido de las reacciones alérgicas y es la causa de muchos síntomas de la alergia, como la roncha, el enrojecimiento y la picazón, observados en la urticaria, o como la congestión nasal, la picazón nasal y los estornudos observados en la rinitis alérgica.
¿Donde se encuentra la histamina?
La histamina se encuentra almacenada en unas células llamadas mastocitos.
¿Dónde se encuentran los mastocitos?
Los mastocitos están distribuidos por todo el organismo, sin embargo se concentran en el aparato respiratorio y en la piel. Por eso las reacciones alérgicas más frecuentes se localizan en la piel y en el tracto respiratorio. Las consecuencias varían desde la urticaria (ronchas), rinitis alérgica (estornudos, picazón en la nariz, mucosidad nasal, etc.) y asma.
¿Qué sucede cuando un sujeto alérgico se expone a un alérgeno?
El alérgeno reacciona con los mastocitos y estos liberan histamina y otras sustancias que desencadenan el cuadro alérgico.
¿Cuáles son los alérgenos más frecuentes?
Los alérgenos más frecuentes son los derivados de ácaros (parásitos muy pequeños) que abundan en las alfombras, los colchones, las almohadas, los tapices de los muebles, en las mantas, en los edredones, en la piel de animales, en el polvo, etc.
¿Cuáles son las alergias más frecuentes?
La rinitis alérgica
La urticaria
Hemos comentado que se trata de una serie de programas mentales o errores de programación que hacen que nuestro sistema inmune genera una sobrereacción ante la presencia de ciertas moléculas.
Con nuestra terapia en unas 4 sesiones, en el caso de adultos, es posible resolver esos problemas. Llámanos para agendar cita.
Se le llama a la enfermedad originada por la destrucción de la mielina (sustancia grasa que recubre los axones de las neuronas) por el sistema inmunológico. La mielina permite la adecuada transmisión de los impulsos nerviosos y su pérdida con lleva a la pérdida de ciertas capacidades motoras y algunas cognitivas específicas.
Quince años tras la aparición de los primeros síntomas, si no es tratada, al menos 50% de los pacientes conservan un elevado grado de movilidad. Menos del 10% de los enfermos mueren a causa de las consecuencias de la esclerosis múltiple o de sus complicaciones.
Las lesiones del sistema nervioso central que causan la EM no siempre se manifiestan directamente como síntomas clínicos detectables y claramente atribuibles a la enfermedad, por lo que en ocasiones se tiende a restar importancia a los primeros signos. Sin embargo, el origen de la EM ya está presente y comienza a progresar.
Aunque en algunas ocasiones al principio de la EM se acumula poca discapacidad y la calidad de vida no se ve demasiado afectada, la realidad es que el sustrato de la enfermedad ya se está desarrollando. Existen abundantes evidencias clínicas y científicas que indican que, de lo que ocurra en las fases iniciales de la EM, depende en gran medida su evolución posterior. En otras palabras, las lesiones de hoy en el sistema nervioso central, son la causa de la discapacidad de mañana; de modo que si no se previenen hoy, mañana será demasiado tarde para conseguir la recuperación. Resulta clave detectar la EM cuanto antes, para poder actuar a tiempo.
Normalmente, la Esclerosis Múltiple se detecta tras un primer brote de la enfermedad. Los síntomas de este primer brote son muy variados, pero entre los más fácilmente reconocibles, destacan hormigueo, debilidad, falta de coordinación (ataxia), alteraciones visuales, rigidez muscular, trastornos del habla (disartria), andar inestable, entre otros. No en todos los pacientes se manifiestan todos los síntomas ni durante el mismo tiempo.
Tras detectar estos síntomas es fundamental acudir al médico para realizar las pruebas oportunas. En la actualidad, aunque no existe ninguna prueba de laboratorio que de manera aislada permita confirmar o eliminar por completo la posibilidad de padecer EM, la tecnología disponible, particularmente la resonancia magnética, el análisis del líquido cefalorraquídeo y los potenciales evocados, sí permiten un alto grado de seguridad en el diagnóstico, incluso antes de que haya una confirmación clínica de la enfermedad.
Si se detecta que los síntomas son provocados por la Esclerosis Múltiple, el neurólogo podrá iniciar un tratamiento adecuado para que los brotes tarden más en aparecer y sus efectos sean menores.
Se ha demostrado que el tratamiento precoz reduce significativamente el número de brotes y la intensidad de los mismos.
Las personas afectadas pueden manifestar un amplio número de síntomas, pero varían mucho de unas a otras, tanto en el tipo de síntomas como en su grado.
En principio, pueden clasificarse según la zona del sistema nervioso afectada en: derivados del daño al nervio óptico, derivados del daño a la médula espinal (en concreto, los relativos a la movilidad son de este tipo) y derivados del daño al cerebro.
Se presentan a continuación los más comunes:
Astenia (fatiga)
Pérdida de masa muscular
Debilidad muscular
Descoordinación en los movimientos
Disfagia (problemas al tragar)
Disartria (problemas de habla)
Insuficiencia respiratoria
Disnea (problemas al respirar)
Espasticidad (rigidez muscular)
Espasmos musculares
Calambres
Fasciculaciones musculares (pequeñas pero generalizadas vibraciones musculares)
Disfunción sexual
Problemas de visión: pérdida, doble visión, nistagmo
Problemas cognoscitivos: dificultad de realizar tareas simultáneas, de seguir instrucciones detalladas, pérdida de memoria a corto plazo, depresión.
Labilidad emocional (risas y llantos inapropiados sin afectación psicológica)
Estreñimiento secundario a inmovilidad.
Si bien antiguamente se consideraba que no existían déficits cognitivos en el EM, sino que era una enfermedad fundamentalmente física; actualmente se sabe que es común un patrón de déficits cognitivos específicos.
El patrón que siguen los déficits cognitivos es un patrón fronto-subcortical; afectando por tanto a las funciones localizadas en el lóbulo frontal y en las zonas subcorticales.
El déficit cognitivo más acentuado y observado en la EM es la disminución de la velocidad de procesamiento. Esto es explicado por la desmielinización de los axones de las neuronas, que a parte de proteger el axón de las neuronas, hacen que el impulso nervioso se desplace más rápido. Seguidamente se observan otros déficits cognitivos, pero que pueden deberse al déficit de base anteriormente mencionado. Entre estas otras alteraciones estaría la atención, principalmente atención sostenida, selectiva y alternante. La atención sostenida puede ser dificilmente disociable de la fatiga que estos pacientes muestran. Las alteraciones en la atención conllevan a déficits en la memoria, especialmente en la memoria de trabajo (funciones ejecutivas), y déficits en la codificación y recuperación.
Respecto a los déficits frontales puede haber cambios conductuales (apatía, falta de motivación, pseudodepresión; o por el contrario desinhibición, impulsividad, agresividad e irascibilidad, infantilismo…) y en las funciones ejecutivas (Capacidad para planificar, flexibilidad mental, razonamiento…) además de las anteriormente mencionadas.
Los déficits cognitivos que muestran los pacientes son evaluados neuropsicológicamente, y la terapia de rehabilitación suele ayudar a ralentizar el curso de la enfermedad.
Dado que la esclerosis múltiple afecta el cerebro y la espina dorsal, es de naturaleza degenerativa y a menudo lleva a una discapacidad progresiva, no es extraño que las personas afectadas sufran dificultades emocionales. Depresión, ansiedad, ira, miedo, junto con otras emociones se diagnostican a menudo entre las personas que sufren EM o los allegados.
A pesar de que estos sentimientos son comprensibles, tienen implicaciones sociales, especialmente cuando interfieren con el trabajo, la escuela y la vida familiar. En particular, la depresión lleva asociada el peligro de suicidio.
Todos estos problemas pueden ser solucionados con tratamientos psicológicos y medicación adecuada.
Depresión:
La depresión en estos casos puede originarse tanto en las implicaciones del diagnóstico como en los efectos que produce la enfermedad en el cerebro. El cerebro es un órgano altamente especializado y es el origen de todas las emociones. Cuando un brote afecta la parte del cerebro en que se procesan las emociones, el resultado puede incluir depresiones.
Ansiedad:
La ansiedad también es un problema frecuentemente asociado con la EM. Al igual que la depresión, puede estar originada por la enfermedad o por las implicaciones del diagnóstico. Las consecuencias cognitivas de la EM también suelen estar asociadas a la EM. No es raro que personas que sufren la enfermedad desarrollen falta de memoria, dificultades en explicar conceptos abstractos, organizar, planificar u olviden determinadas palabras. Estos síntomas pueden generar ansiedad y resultar en una retirada de la vida social.
Como hemos comentado al eliminar los programas negativos que provocan que el sistema inmune ataque la mielina, se puede detener el daño generado y posteriormente revertirlo. Usualmente se resuelve este problema con 4 sesiones. Llámanos para agendar cita.
La esclerosis lateral amiotrófica (ELA), es una enfermedad neurológica progresiva, invariablemente fatal, que ataca a las células nerviosas (neuronas) encargadas de controlar los músculos voluntarios. Esta enfermedad pertenece a un grupo de dolencias llamado enfermedades de las neuronas motoras, que son caracterizadas por la degeneración gradual y muerte de las neuronas motoras.
Las neuronas motoras son las células nerviosas localizadas en el cerebro, el tallo del cerebro, y la médula espinal, que sirven como unidades de control y enlaces de comunicación vital entre el sistema nervioso y los músculos voluntarios del cuerpo. Los mensajes de las neuronas motoras cerebrales (llamadas neuronas motoras superiores) son transmitidos a las neuronas motoras en la médula espinal (llamadas neuronas motoras inferiores) y de allí a cada músculo en particular. En la ELA, tanto las neuronas motoras superiores como las inferiores se degeneran o mueren y dejan de enviar mensajes a los músculos. Imposibilitados de funcionar, los músculos gradualmente se debilitan y se gastan (atrofia) y se contraen (fasciculaciones). Eventualmente, se pierde la capacidad cerebral para entablar y controlar el movimiento voluntario.
Ya que la ELA afecta solamente las neuronas motoras, la enfermedad no deteriora la mente, personalidad, inteligencia o memoria de la persona. Tampoco afecta los sentidos de la vista, olfato, gusto, oído o tacto. Los pacientes generalmente mantienen el control de los músculos de los ojos y de las funciones de la vejiga y los intestinos.
Se ha propuesto que las mutaciones del gen que produce la enzima del SOD1 estaban asociadas con algunos casos de la ELA familiar. Esta enzima es un antioxidante poderoso que protege al cuerpo del daño causado por los radicales libres.
Los estudios también se han concentrado en el papel del glutamato en la degeneración de las neuronas motoras.
Se ha sugerido que las repuestas autoinmune-que ocurren cuando el sistema inmunológico del cuerpo ataca las células normales-pueden ser una causa de la degeneración de las neuronas motoras en la ELA. Algunos científicos tienen la teoría que los anticuerpos pueden dañar directa o indirectamente la función de las neuronas motoras, interfiriendo con la transmisión de las señales entre el cerebro y los músculos.
Tratamiento
Igual que en los anteriores consistirá en la eliminación de los programas mentales negativos que pudieran generar una respuesta autoinmune o que generen las deficiencias anteriores.
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El lupus eritematoso sistémico (LES o lupus) es una enfermedad autoinmune crónica que afecta al tejido conjuntivo, caracterizada por inflamación y daño de tejidos mediado por el sistema inmunitario, específicamente debido a la unión de anticuerpos a las células del organismo y al depósito de complejos antígeno-anticuerpo.1
El 10 de mayo se celebra el Día Mundial de esta enfermedad.2
El lupus puede afectar cualquier parte del organismo, aunque los sitios más frecuentes son el aparato reproductor, las articulaciones, la piel, los pulmones, los vasos sanguíneos, los riñones, el hígado (el primer órgano que suele atacar) y el sistema nervioso. El curso de la enfermedad es impredecible, con periodos de crisis alternados con remisión.
El lupus se presenta más comúnmente en asiáticos y africanos3 y es 9 veces más frecuente en las mujeres que en los hombres.4 Las primeras manifestaciones de la enfermedad se observan frecuentemente entre los 15 y 44 años de edad.
Inicialmente el lupus puede afectar prácticamente cualquier órgano o sistema, o bien tener carácter multisistémico. La gravedad varía entre leve e intermitente o persistente y fulminante.
Los síntomas generales son: cansancio, malestar general, fiebre, anorexia, adelgazamiento, dolores articulares y musculares y fatiga física.28 Ya que a menudo se ven también en otras enfermedades, estos signos y síntomas no forman parte del criterio diagnóstico para determinar el lupus eritematoso sistémico. Cuando se dan conjuntamente con otros signos y síntomas, sin embargo, se consideran sugestivos.
Igual que en los anteriores consistirá en la eliminación de los programas mentales negativos que pudieran generar una respuesta autoinmune. Usualmente se requieren solo 4 sesiones.
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Es una enfermedad crónica que lleva a la inflamación de las articulaciones y tejidos circundantes. También puede afectar otros órganos. Es una enfermedad autoinmunitaria, lo cual significa que el sistema inmunitario del cuerpo ataca por error al tejido sano.
La artritis reumatoidea se puede presentar a cualquier edad, pero es más común en mujeres de mediana edad. Las mujeres resultan afectadas con mayor frecuencia que los hombres.
La artritis reumatoidea afecta generalmente las articulaciones en ambos lados del cuerpo por igual. Las muñecas, las rodillas, los dedos de las manos y los tobillos son los que resultan comprometidos con mayor frecuencia.
La enfermedad generalmente comienza de manera lenta, por lo general sólo con dolor articular leve, rigidez y fatiga.
Los síntomas articulares pueden abarcar:
La rigidez matutina, que dura por más de una hora, es común. Las articulaciones pueden sentirse calientes, sensibles y rígidas cuando no se usan durante una hora.
El dolor articular a menudo se siente en la misma articulación en ambos lados del cuerpo.
Con el tiempo, las articulaciones puede perder su rango de movimiento y pueden volverse deformes.
Otros síntomas abarcan:
Dolor torácico al respirar (pleuresía).
Resequedad en ojos y boca (síndrome de Sjogren).
Ardor, prurito y secreción del ojo.
Nódulos bajo la piel (generalmente un signo de una enfermedad más grave).
Entumecimiento, hormigueo o ardor en las manos y los pies.
Dificultades para dormir.
Igual que en los anteriores consistirá en la eliminación de los programas mentales negativos que pudieran generar una respuesta autoinmune. Usualmente se requieren solo 4 sesiones.
Ven a nuestro Centro. Llama para pedir una cita seguro podemos ayudarte, suele requerir un par de sesiones del nivel 2 y 3.